Lydia es una sobreviviente de intento de feminicidio, definido como la manifestación más extrema de violencia contra la mujer, que afecta no solo a la víctima, sino también al entorno de su familia con graves consecuencias emocionales.
Esta historia es la de una activista boliviana, marxista, lesbiana, atea, refugiada en un convento de monjas en el Vaticano en plenos años ochenta y convertida, a base de mucha calle y una mente afilada, en una verdadera agitadora de conciencias.