
Hace unos días, platicando con mi mejor amiga, pasaba por mi mente una pregunta concreta: ¿De qué manera me ha cambiado la vida el Bachillerato Pedro Arrupe? Mientras ella me compartía su pensamiento: «La gente te quiere porque eres amigo». Sin embargo, desde lo que soy y tengo, brota una pregunta en mi interior: ¿Acaso sé ser amigo?

Sentada en el café del Centro Cultural de la universidad jesuita Antonio Ruiz de Montoya, en Perú, como acreedora a la beca AUSJAL de mi universidad en México, recuerdo con alegría aquella niña que fui a los 15 años cuando, a través de las ventanas de un camión suburbano, veía la grandeza de esa ciudad extraña que me parecía Guadalajara y pensaba en todas aquellas cosas que aún no conocía.