Durante la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ) que se realizó en Lisboa, Portugal, en agosto pasado, el papa Francisco se encontró con más de un millón y medio de jóvenes de todo el mundo, quienes mostraron la vitalidad de la Iglesia llena de la alegría, el encuentro, la música y la búsqueda de sentido de vida firme y profundo.