
Sin jueces ni magistrados capacitados, con una profunda formación judicial y llegados al cargo por méritos propios, y no por voto popular, corremos el gran riesgo del no acceso a la justicia.

SÍ, por favor y con mayúsculas, porque de ese tamaño es la demanda de justicia en este país, el gran y legítimo reclamo de la población. Y no me refiero a ciertas clases sociales sino a toda la sociedad en su conjunto.