En una publicación amiga de mis poesías de 1987, dicen soy: “Persona eficaz, responsable, trabajadora, exigente… que ocultaba una dimensión de interioridad inesperada que las poesías, por suerte, sacan a la luz. Hoy, sigo siendo esa persona, mujer, creyente, auxiliadora, con más pueblos e historias vivas en la memoria y en el corazón…
Fue la primera nochebuena que en mi vida no tuve celebración en familia con nacimiento, estrella, pastores y villancicos, y la primera también que ¡ni siquiera tuve cena!