Hace unos días platiqué en El Refugio, casa del migrante en Guadalajara Jalisco, con dos mujeres migrantes cuyos nombres nunca olvidaré, más reservaré por seguridad. Ellas me platicaban a detalle cómo es que vivieron su paso migratorio por la selva del Darién, la frontera entre Panamá y Colombia y su entrada sin documentos a México.