«Levántate y vete; tu fe te ha salvado»
OCTUBRE
Domingo 9
XXVIII del Tiempo Ordinario
- Dt 30, 10-14
- Sal 68
- Col 1, 15-20
- Lc 10, 25-37
La admiración de Jesús por la vuelta de aquel samaritano para agradecer su curación no es búsqueda de reconocimiento para sí, sino una indicación de que es funda- mental para nosotros reconocer de dónde nos viene el bien y la salvación. Confundir esa fuente nos puede hacer esclavos de falsos remedios, y por ello, como Naamán, es necesario reconocer que la salvación es un don gratuito de Dios, que no exige a cambio ningún don o sacrificio. Dios es pura libertad y nuestra fidelidad a su persona es camino de aprendizaje para que también nosotros crezcamos en libertad.
§ Contemplamos a Jesús acercándose con compasión a aquel grupo de leprosos y los envía a los sacerdotes para que reconozcan su curación, como era necesario según la ley.
§ Sin embargo, el samaritano compañero de aquellos leprosos, al verse curado, vuelve para dar gracias directamente a Jesús, a quien él reconoce como el autor de su curación, porque vale la pena reconocer cómo Dios actúa y dar gracias a las personas que han colaborado con él para nuestro bien.
§ Podemos entonces detenernos a considerar y agradecer también a las personas concretas en quienes hemos recibido ese bien de Dios como libertad, cariño, justicia y paz, para que también nos animemos y aprendamos a colaborar con él para hacer crecer su red de amor.